Archivo por meses: junio 2012

«El Páis», martes 19 de junio de 2012

Reencuentro literario con el pequeño de los Machado

LA POESÍA DE FRANCISCO VE LA LUZ A LOS 62 AÑOS DE SU MUERTE

Tereixa Constenla

En 1939, como pudieron, todos los hermanos Machado cruza­ron la frontera hacia el exilio con la excepción de Manuel, atrapado el 18 de julio de 1936 en la estación de Burgos aguardando el tren de las ocho que jamás llegó a par­tir, encarcelado y finalmente forzado a vender su alma. Francisco, el menor, pasó a Francia con su esposa y sus tres hijas en fechas y lugares distintos de sus hermanos Antonio, José y Joaquín. Se habían visto por última vez en Cataluña, etapa final de las sucesivas evacuaciones de la saga durante la guerra.

Francisco, un director de prisiones seguidor de Con­cepción Arenal y de su máxi­ma «odia el delito y compade­ce al delincuente», había si­do trasladado conforme la República se replegaba para permanecer junto a su fami­lia. Parecía tan destinado al destierro como los demás. Ocurrió algo que lo impidió. Mercedes Martínez, su espo­sa, le convenció del sinsentido de la huida. Si nada malo había hecho, nada malo po­dría ocurrirles. Una reflexión re­petida por miles de republica­nos que se dieron media vuelta al llegar a Francia. A algunos les costó carísimo. Francisco Ma­chado estuvo a punto de ser uno de ellos. «Al cruzar la frontera de vuelta a España, amenazaron con meter a mi padre en un campo de concentración y  mi madre se puso como Agustina de Aragón”, revive su hija Leonor Machado en su casa de Madrid.

El director de prisiones evitó la cárcel, aunque no la sospecha. Las nuevas autoridades franquistas le sometieron al es­crutinio que aplicaron a todos los empleados públicos para ex­tirpar de la administración cual­quier signo hostil. «Como no ha­bía tenido responsabilidades po­líticas le permitieron volver a prisiones, aunque ya no como director». Leonor recuerda de su padre la bondad, una cuali­dad de otros Machado, que Anto­nio glorificó en un verso auto­biográfico. A pesar del cambio de régimen, cuya política peni­tenciaria juntaba el hisopo con la violencia, el funcionario de prisiones siguió fiel a sus principios. Tratar a los reclu­sos con respeto le ahorró dis­gustos: unos presos cambia­ron la fecha prevista para su fuga para no perjudicarle, ya que estaba de guardia el día elegido.

Francisco Machado pagó algunos peajes por su apelli­do. Nazcas donde nazcas, ser el pequeño lleva acarrea­do alguna losa. En casa de los Machado también. Naci­do en Madrid en 1885, cuan­do a Francisco le llegó el tur­no para estudiar, el dinero de la familia ya no daba más de sí. Para sacar adelante la carrera de Derecho, tuvo que ponerse a trabajar. Pero sin duda el mayor condicio­nante que recibió fue el de tener inclinaciones poéticas al tiempo que un hermano llamado Antonio, poeta-mito del siglo XX, y otro llamado Manuel, más oscurecido por razones políticas que por falta de cualidades literarias. No hu­bo recelos ni pesares, según su hija. Francisco recitaba los poe­mas de sus hermanos por los pasillos de su casa, aunque no delante de Antonio, que odiaba que declamasen sus versos. Para escribir buscaba a diario la privacidad de un café. No se sintió intimidado por el lustre de sus hermanos, pero lo cierto es que jamás publicó sus poemas, aunque sí una obra sobre leyendas toledanas. Se han necesitado 62 años y el empeño de su hija, Leonor, para reunir sus principales escritos en un pe­queño volumen, Obras escogi­das, publicado por Ediciones de la Torre. «Se lo debíamos», afir­ma Leonor, que prologa el volu­men.

“Al lado de sus hermanos es un poeta menor, pero no deja de llamarse Machado. Y tiene algunas obras en los Pensamientos que podrían haber sido escritas por Antonio”, comenta el editor José María Gutiérrez de la Torre.  “Para Antonio y Manuel la literatura era un medio de vida, se sentían escritores profesionales. Mi abuelo, sin embargo, escribía lo que le daba la gana y cuando le daba la gana, es más irregular que sus hermanos, tiene algunos poemas fantásticos y otros menos”, compara su nieto, Manuel Álvarez Machado. Quizá esa irregularidad la explique el mismo Francisco con sus versos: “Soy mi mayor enemigo, / porque lo es mi fantasía, / y esa siempre va conmigo”.

La resistencia erótica de las bibliotecas

«Preguntarse por el futuro del libro es también, y sobre todo, preguntarse qué pasará con el ecosistema del libro. Con las librerías y las bibliotecas. En especial con las redes de bibliotecas públicas. Sin librerías y bibliotecas, no existe la ciudad. En psicogeografía, hay el lugar y el no lugar. El lugar es una unidad de emoción y memoria. Podríamos ser más precisos y hablar del tercer lugar. El lugar donde a la memoria y la emoción se suma el encuentro. Hoy es difícil señalar un lugar donde se dé mayor diversidad, mayor mezcla entre gente de diferentes generaciones, clases sociales, géneros, orígenes, ideologías, creencias o estéticas que en una biblioteca pública. Se habla mucho de los bajos índices de lectura en España, pero se habla poco de la gran revolución vivida en muchas ciudades, grandes y pequeñas, al crear, y con bajo coste, redes de bibliotecas públicas. No hay ninguna entidad, ni siquiera deportiva, que en proporción tenga tantos asociados como las biblitecas públicas.»

Manuel Rivas en «El País», 10 de junio de 2012.

Mohicanos y bárbaros en el gueto

«La cultura también, a través de los intelectuales, es, o fue, un contrapoder político a los sistemas autoritarios, así como un vigía crítico en los más igualitarios. La cultura ejerció siempre una influencia sobre la vida política. Aportó ideas, experiencias y valores. Hoy la cultura está siendo sustituida por la publicidad y las encuestas. Una publicidad vacía de contenidos y, la mayor parte de las veces, engañosa o mentirosa.»

César Antonio Molina en «El País», 26/05/12.

Reseña de «El troquel de las conciencias»

El troquel de las conciencias. Una historia de la educación moral en España. Félix García Moriyón.

 

Cuadernos de pedagogía, n.º 424. p. 103

 En defensa de la educación moral

«En el caminar del siglo xxi pareciera en ocasiones que lo acontecido en el pasado se diluye y un cierto olvido intencional de la historia de la educación moral nos en­vuelve. En los apremios por dibujar el futu­ro apenas se deja de ver lo que fue y no fue de una educación que se ha ido adaptando al vaivén de las políticas educativas. Sin em­bargo, la importancia de la formación mo­ral no es secundaria; como «troquel de con­ciencias» expresa su fuerza en la modelación de los valores de la ciudadanía y de la so­ciedad. Y de ello se ocupa esta obra.

Partiendo de la polémica surgida a raíz de la asignatura Educación para la Ciuda­danía, se realiza un recorrido minucioso por la educación moral: de su caminar al son de los cambios legislativos, de sus entresijos y sus expresiones prácticas en la realidad escolar española, para con ello comprender la educación contemporánea.

Estructurada en tres partes, la primera se centra en analizary posicionarse respec­to al significado y los sentidos de la edu­cación moral y a su lugar en la escuela. Para el autor, la educación moral debe atender a dos ámbitos unidos entre sí: el llegar a una vida plena de sentido, a una vida feliz, y al mismo tiempo el sentido de la obliga­ción moral, de los deberes que todo ser humano ha de cumplir. Es la escuela y sus equipos docentes quienes tienen la res­ponsabilidad de asumir tal educación, es decir, formar «ciudadanos maduros y res­ponsables, personas desarrolladas y bien integradas en la sociedad, buenas personas y buenos ciudadanos».

En la segunda parte se indaga en las prácticas y en los marcos teóricos que las sustentan, ofreciendo una panorámica de ejemplos, de conceptualizaciones y de conflictos no resueltos que ponen de ma­nifiesto la constante de insatisfacciones y pérdidas para unos y triunfos no siempre plenos para otros. Una historia de ideolo­gías, de tensiones entre los formulismos del laicismo y del confesionalismo, que convergen en un presente no exento de crispaciones. Hoy, como ayer, se hacen sentir voces que urgen a promover cam­bios en el sistema educativo.

A modo de síntesis, en la última parte se ponen de relieve los acentos presentes a lo largo de la obra, tesis que muestran cómo se posiciona el autor respecto a los valores como Corpus de la moral y en re­lación con la capacidad de la educación de incidir en la identidad y en la vida de la ciudadanía. Advirtiendo de la necesidad de alejarse de moralinas y socializaciones adoctrinadoras, se afirma que la educación moral deviene de forma intensa en la vida de los centros, sin que por ello deba ex­cluirse el valor de una asignatura especí­fica. Cabe pensar una educación moral «encaminada a dotar a los niños y a las niñas de unas capacidades que les permi­tan llegar a ser personas maduras y res­ponsables, críticas y creativas, capaces de hacerfrente a los problemas morales que la vida personal y social plantea sin dejar de lado los valores socialmente admitidos, pero también sin aceptarlos como dogmas inamovibles». Y este parece ser el reto que continuaremos teniendo ante los nue­vos cambios políticos emprendidos.» Isabel Carrillo

Francisco Machado

OBRAS ESCOGIDAS – FRANCISCO MACHADO

«Hasta ahora el alma mía,                                                                                            piensa que la duda es                                                                                                                la mayor sabiduría.»

Aunque suene a falsa modestia, es un hecho muy importante la edición de las Obras escogidas de Francisco Machado, con prólogo de su hija Leonor. Por su contenido (la obra del Machado menor, aunque breve, tiene una alta calidad y el prólogo de Leonor Machado es un documento muy valioso) y la cuidada edición que hemos realizado (el lema de la colección Nova, dentro de la Biblioteca de Nuestro Mundo es «obras especiales en ediciones muy cuidadas»).

Como modesta muestra de agradecimiento a Leonor Machado, le hicimos entrega en la Feria del Libro de Madrid de una figura alegórica a la forma de escribir en los tiempos de su padre, con el  pensamiento filosófico de don Francisco que figura en la cabecera de esta nota.

La prensa ya ha comenzado a prestar atención a nuestra edición. Véase, por ejemplo:

●  http://www.abc.es/20120612/cultura-libros/abci-cuantos-hermanos-machado-conoce-201206111710.html

●  http://www.abc.es/20120609/toledo/abcp-novedades-20120609.html

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Doña Leonor firmó en nuestra caseta (283) los días 1 y 10 de junio.

«Poesía encantada» en la revista Platero

POESÍA ENCANTADA – JOSÉ GONZÁLEZ TORICES

José González Torices, ilustrado por Fernando Noriega«Tras un prólogo laudatorio, el libro nos introduce en 57 poemas con el tema central de la guerra y la paz, y todos con buen ritmo, al estilo de las canciones populares y muy pegadas al gusto de los niños, apropiadas a una lectura oral por su sonoridad. A destacar las tituladas «Zumo de cuentos» y «Guerra de azúcar».

Buena edición bicolor, en blanco y negro y rojo. »

Revista Platero 186, mayo-junio 2012