Hoy queremos recordar aquella entrevista que nos hicieron por nuestro XXXV aniversario en el periódico El Mundo por Ignacio Amestoy.
[…]
P.- No sólo las grandes editoriales de Madrid y Barcelona publican. ¿Las pequeñas y medianas qué aportan?
R.- «Bibliodiversidad». Estas editoriales, que representan el 38% de las ventas, mantienen el 74% de la oferta en catálogo.
P.- También tuvo una admirable relación con la viuda de Miguel Hernández. Josefina Manresa publicó con usted sus reveladores Recuerdos.
R.- Entrañable Josefina. Ella reconocía que no pertenecía a la República de las Letras pero su libro de recuerdos es un modelo.
P.- En su sello, muchos poetas de los que fue amigo.
R.- El grave y amable don Gerardo, el vitalista don Dámaso, Celaya y su límpida mirada, Claudio, que se entusiasmaba hablando del corro; Pepe Hierro, con el que planté un árbol… Miles de maravillosas anécdotas.
p.- Oiga, en su libro, el recuerdo de su padre, salvado de un pelotón de fusilamiento, y de su madre que, en Carabanchel, le preguntaba: «¿Te pegan, hijo, te pegan?»
R.- «Honrarás a tu padre y a tu madre». Yo me siento orgulloso de mis padres. Él me enseñó la inocencia; ella, el coraje, y entre ambos, a sobrevivir.
P.- «La necesidad y el placer de la lectura» ese es su lema.
R.- La lectura es necesaria para entender el código supremo del hombre. Y es un placer disfrtuar de esas millones de combinaciones que los 27 pequeños signos (las letras) producen con sus juegos.