La incertidumbre del éxito comercial

¿Qué hace que un libro sea un éxito de ventas? Quizá esta pregunta suponga el Santo Grial tras el cual corren la mayoría de los editores del mundo. La literatura al respecto es amplia (David Viñas Piquer, El enigma best-seller: fenómenos extraños en el campo literario. Barcelona, Ariel, 2009; John Sutherland: Bestsellers. A very short introduction. New York, Oxford University Press, 2007; Sergio Vila-Sanjuán, Código best seller. Barcelona, Temas de Hoy, 2011; Pierre Bourdieu, Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo literario. Barcelona, Anagrama, 2002…). La clave es la previsión, la explicación a priori, no el análisis a posteriori. Éste último nos sirve en la medida que pueda ayudar a plantear el primero. Pero parece que estamos lejos de la fórmula mágica que nos desvele los ingredientes que, una vez mezclados, produzcan un best-seller. En otros ámbitos de gran innovación –v. g., alimentación— las estadísticas nos dicen que en Europa triunfa un producto de cada diez nuevos, y en España uno de cada veinte. En el mundo del libro probablemente esos porcentajes sean menores si tenemos en cuenta que en España se publican más de 76.000 títulos al año. Algunos elementos parece que ayudan a fabricar un best-seller, y tienen mucho que ver con la inversión en marketing. Ello hace que los best-seller suelan proceder de grandes grupos editoriales con recursos suficientes para acometer esas inversiones. Pero a pesar de ello, muchos de estos lanzamientos muy planificados fallan y otras pequeñas apuestas triunfan. Por tanto, el elemento azaroso sigue jugando un importante papel en los éxitos editoriales.

Este domingo pasado, el diario El País, en su magnífica serie de entrevistas que el periodista Juan Cruz está relizando bajo el título Editores ante el final de la Era Gutenberg, publicó la entrevista a Stephen Page, director de la prestigiosa editorial inglesa Faber & Faber. Entre muchas cosas interesantes recogemos éstas en relación al tema que nos ocupa:

«El venir de un pasado comercial me permite suponer que uno lo ha de saber todo acerca de la obra que se esté publicando. Pero no es verdad. Puedes saber muchas cosas, pero nunca predecir lo que va a ocurrir con esa obra una vez lanzada al mercado. El aspecto comercial en el mundo editorial está sobrevalorado. No sabemos los cambios que van a llegar, no podemos predecir, por tanto, si un libro va a ser un éxito o no. Lo que ocurrió ayer tal vez no sea importante mañana. … Decir lo que va a ocurrir con un libro es imposible porque hay factores que no puedes tener en cuenta, como la aceptación del lector. Trabajé en un libro titulado Longitud. «Trata sobre la longitud, escrito por un relojero inglés», me dijo el editor. Y dije que imprimieran 10.000 ejemplares. Se vendieron más de un millón. Acerté en un 1%. Era suficiente. Lo compramos, lo editamos y nos fue muy bien. Pero no sabíamos el éxito que íbamos a tener. Diría que en este oficio hay que seguir publicando, seguir apostando y seguir esperando.»

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