Los catálogos y la crisis

En la feria del libro, Ediciones de la Torre está expuesta en la caseta número 182. El trabajo nos lo repartimos entre toda la familia de la editorial y por ello nos queda algún tiempo para, como diría nuestro editor, cambiarnos la gorra, ponernos la de lector y dar una vuelta por las casetas de las demás editoriales y ver qué novedades presentan. Ávidos lectores y amantes de los libros, a la vez que editores, nos gusta conocer al detalle los fondos editoriales de los compañeros de viaje. Este año nos ha sorprendido una familia de respuestas muy frecuentes que hemos recibido a la hora de solicitar un catálogo: «No lo hemos impreso. Está disponible en Internet.» «Imprimir un catálogo es muy caro y con la crisis hemos decidido no sacarlo en papel.» «Editamos mucho y muy rápido. Y además en color (¿?) por lo que no hemos hecho catálogo físico. Está en la red.», etcétera.

Se nos vienen al magín dos pensamientos al respecto: ¿Será el género catálogos editoriales el primer gran triunfador del libro electrónico?. Y segundo, en épocas de crisis, siempre hay dos posturas en relación a la publicidad: invertir más para tratar de vender más y por contra reducir los costes al máximo, incluso los de publicidad. En relación con la última nos preguntamos: si en un panorama editorial español con casi 77.000 títulos nuevos, donde la palabra visibilidad está de moda y es el gran problema, muchas editoriales deciden suprimir una herramienta fundamental de su compañía, ¿cómo esperan paliar esa crisis que sufren? ¿Haciéndose más invisibles todavía? ¿O es que todos sus lectores son cibernéticos y ya se han pasado al eBook cataloguil? No parece tener demasiado sentido el suprimir el chocolate del loro tan sobrevalorado en nuestra piel de toro y además dar una imagen tan pobre, de escasa valoración de su tesoro, de su catálogo, como para no dedicarle un pequeño grupo de hojas pegadas.

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