I. «El soldado y el emperador»
Emperador: Todos morimos prematuramente, soldado, y todos estamos lejos de nuestros seres queridos, fríos y aplastados por la oscuridad… y la soledad… […]
Soldado: […] Pero yo fui arrojado a la guerra cuando no era más que un muchacho, cuando aún necesitaba el abrazo de mis padres, cuando buscaba con ardor juvenil una moza a la que prometer amores y con la que formar una familia… […]