Una de las primeras lectoras del libro Inés más allá del Firmamento de Agua ha querido compartir un texto sobre la obra:
«Inmersos en la realidad cotidiana, llena de frenesí y convencionalismos, subyugados por la imposición de quehaceres sociales -a menudo innecesarios estamos matando la libertad de espíritu, de fantasía y de sueños. Estas páginas hacen que nos adentremos en un mundo onírico repleto de simbología. De la mano de Inés vamos jugando en distintos escenarios -las doce damas- que, emulando el viaje de Alicia en el país de las maravillas, nos transportan con enorme acierto y fantasía por un mundo irreal en el que el sueño, la ilusión y la libertad nos permiten ver más allá de esa realidad subyugante que nos rodea. Este cuento tiene un destinatario doble: por un lado, a los niños les lleva por un mundo soñado que no les es ajeno y con el que fácilmente empatizarán (el juego y la imaginación son sus aliados); por otro, somos los adultos los receptores necesarios de relatos como este que nos ayudarán a despegarnos de la vulgaridad y retomar, con un espíritu libre y abierto, la imaginación y el sueño, que continuamente nos vetamos. Este relato nos brinda la posibilidad de dejar volar nuestra fantasía al mismo tiempo que nos permite analizar aspectos imprescindibles de nuestra vida. No perdamos la oportunidad de ver todo lo que se esconde detrás porque, además del mundo onírico, encierra una importante enseñanza en cada uno de los capítulos y, al compás de las diferentes damas que nos van guiando en el juego y que encierran mensajes certeros, por debajo de los ropajes imaginativos, repasa múltiples aspectos que nos empeñamos en ignorar, matando así la posibilidad de contemplar la realidad desde una perspectiva más humana, más creativa y, sobre todo, más rica.
“Inés lo había conseguido, había viajado más allá del firmamento de agua”»
¡Gracias!
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