8 de junio de 1987 fallecía el poeta Gerardo Diego, el menor de 10 hermanos. Su hija, Elena Diego preparó una edición para niños y jóvenes en el año 1985, nadie mejor que ella para combinar el conocimiento adquirido por la convivencia y el amor a su padre con su experiencia docente, para presentarnos al autor de El ciprés de Silos.
El sol entra en la clase.
El sol es como un gato
que busca los rincones
recónditos y huraños.
El sol entra en la clase
como riendo y cantando.
Es un muchacho más
gozoso entre muchachos.
Resbala en la tarima,
alcanza los escaños
bien bruñidos, se atreve
–qué noche– al encerado;
trepa ya por el mapa
y a sus colores cárdenos
de orografía, azules
de mares encrespados,
verdes, violetas, rosas
de países nostálgicos,
los ilumina, baña
de visos y de rasos,
y allá en el techo altísimo
baila como un canario
–tan vivo y amarillo–
de un vidrio proyectado.
Tibio halago de enero.
El sol, qué mal gramático,
¿quién conjuga o declina
hoy, no es verdad, Horacio?
Y yo olvido mi plática
y acaricio en mi mano
un libro viejo, un libro
que he traído bajo el brazo.
Fluye alegre la charla
del libro soleado
y sus donaires ríen
el sol y sus muchachos.
Gerardo Diego para niños, edición preparada por Elena Diego e ilustrada por Constantino García Gómez, 3.ª edición, primera reimpresión, 1996. Madrid