Los libros en el ‘gulag’

En un artículo recientemente aparecido en el diario El País, Los libros en el ‘gulag’, la escritora checa afincada en España Monika Zgustova relata las experiencias de algunas mujeres internadas en los campos de concentración durante la era de Stalin y cómo sobrellevaron ese infierno gracias a los libros y a la amistad. Los testimonios son sobrecogedores y tiernos. Una de esas mujeres comenta que las internas escribían poemas que recitaban por las noches: «… preferíamos dormir menos y humanizarnos, elevarnos con la poesía». Otra de ellas intercambiaba poemas de amor escritos con otro preso a través de los intersticios del muro que los separaban. Una interna leyó hasta cuatro veces el único libro que había en la mísera enfermería, Guerra y Paz, mientras convalecía de una paliza propinada por los guardianes. Otro testimonio proviene de una mujer que nació en el campo de concentración y cuenta la Caperucita Roja que las presas confeccionaron a mano cosiendo diferentes papeles escritos con pluma y que incluían dibujos pintados con colores. Un último testimonio nos habla de un libro de Pushkin: «… En el campo, este libro de procedencia desconocida, pasó por centenares, tal vez miles de manos. Los libros tienen sus vidas, sus historias y destinos, igual que los hombres.»

Es de suponer (¿?) que experimentos tan espantosos como esos gulags no se repetirán de nuevo (¿Guantánamo?) por lo que los libros nos ayudarán a vivir en entornos menos inhóspitos. De todos modos no podemos dejar de hacer un ejercicio de imaginación pensando qué hubiera sido de estas mujeres en la siempre llegante y excluyente era del libro electrónico. Probablemente estas historias tan maravillosas no habrían tenido lugar. No sabemos si sus vidas finalmente dependieron de esos libros de papel: en algunos casos seguro que así fue. Lo que sí es cierto es que habrían sido menos felices sin ellos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *