Per el afortunado

Cuando llegaron a lo alto del cerro y él volvió a montarse detrás en el trineo para el descenso, la chica se volvió hacia él y le dijo:

–¿Es cierto lo que dicen de que eres hijo del cura?

La pregunta volvió a arrojarlo con tal violencia a la realidad, que se quedó lívido.

—No —masculló entre dientes— con una rabia que se le trasplantó a todo el cuerpo, dando nuevas fuerzas a sus piernas. Y Águila de sangre salió volando con un zumbido de hierros monte abajo.

Nunca antes había sentido con la intensidad de ese momento hasta qué punto era un extraño en aquel salón oscuro, asfixiante, donde su padre y sus hermanos en ese mismo instante entonaban salmos y rezaban atemorizados en medio del esplendor fantástico de la noche de invierno: enanos de un mundo subterráneo, ciegos al brillo de la luz, marcados por el pánico a las maravillas de la vida. Se sentía a miles de kilómetros de allí, en horizontes muy distintos, en alianza con el sol, con las estrellas, con las nubes de paso (p.65).

Per el afortunado. Henrik Pontoppidan. Trad. María Pilar Lorenzo
ISBN: 978-84-796–395-3. 16 x 24 cm. Encuadernación en rústica, 702 pp. 25,00 € (12,50 € Ebook).

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