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¿Y qué tiene que decir del libro electrónico?

Entrevista a Mario Vargas Llosa por Laura Revuelta en ABC Cultural, sábado 31 de marzo de 2012. p. 6.

«¿Y qué tiene que decir del libro electrónico? Junto con el libro electrónico, deberíamos defender la supervivencia del libro de papel. Porque el contenido sí está en muchos casos  determinado por el soporte, o por la forma. Creo que todos los que hacemos literatura sabemos que la forma es el contenido en muchísimos casos, y el que los libros pasen del papel a la pantalla puede significar una revolución profunda del contenido. Y ojalá no sea esa banalización que yo, me temo mucho, las pantallas han introducido en la cultura del espectáculo.»

Cómo dejar de temer a la piratería editorial

«En España no se pagan la mitad de los libros que se adquieren. Un 49,3%, según el último informe de IDC y Nielsen. Tal es el dato desnudo. ¿Promoción suicida? ¿Milagro cultural? Piratería. El valor de los libros descargados en la red sin pasar por caja se elevaría a los 793,2 millones en el primer semestre de 2011. Dato más que relevante cuando se compara con la facturación globar del libro: 839 millones de euros en 2010 según Comercio Interior.» Daniel Arjona.

El Cultural, 23-29 de marzo de 2012

Los catálogos y la crisis

En la feria del libro, Ediciones de la Torre está expuesta en la caseta número 182. El trabajo nos lo repartimos entre toda la familia de la editorial y por ello nos queda algún tiempo para, como diría nuestro editor, cambiarnos la gorra, ponernos la de lector y dar una vuelta por las casetas de las demás editoriales y ver qué novedades presentan. Ávidos lectores y amantes de los libros, a la vez que editores, nos gusta conocer al detalle los fondos editoriales de los compañeros de viaje. Este año nos ha sorprendido una familia de respuestas muy frecuentes que hemos recibido a la hora de solicitar un catálogo: «No lo hemos impreso. Está disponible en Internet.» «Imprimir un catálogo es muy caro y con la crisis hemos decidido no sacarlo en papel.» «Editamos mucho y muy rápido. Y además en color (¿?) por lo que no hemos hecho catálogo físico. Está en la red.», etcétera.

Se nos vienen al magín dos pensamientos al respecto: ¿Será el género catálogos editoriales el primer gran triunfador del libro electrónico?. Y segundo, en épocas de crisis, siempre hay dos posturas en relación a la publicidad: invertir más para tratar de vender más y por contra reducir los costes al máximo, incluso los de publicidad. En relación con la última nos preguntamos: si en un panorama editorial español con casi 77.000 títulos nuevos, donde la palabra visibilidad está de moda y es el gran problema, muchas editoriales deciden suprimir una herramienta fundamental de su compañía, ¿cómo esperan paliar esa crisis que sufren? ¿Haciéndose más invisibles todavía? ¿O es que todos sus lectores son cibernéticos y ya se han pasado al eBook cataloguil? No parece tener demasiado sentido el suprimir el chocolate del loro tan sobrevalorado en nuestra piel de toro y además dar una imagen tan pobre, de escasa valoración de su tesoro, de su catálogo, como para no dedicarle un pequeño grupo de hojas pegadas.

El eBook salvará la industria editorial

En el periódico ABC de hoy se publica una entrevista a Christopher Platt, que ocupa un cargo directivo en la Biblioteca Pública de Nueva York. Según el artículo, la biblioteca posee «Más de 20 millones de libros y casi 30 millones de objetos (entre vídeos, mapas y otros documentos)». Entre las variadas preguntas, está ésta —las cursivas son nuestras—:

«P.- ¿Cree que el eBook puede matar al libro convencional?

R.- No, yo leo libros en los dos formatos. Los eBooks son otra forma de lectura, más creativa, social e interactiva. Y es válida. Lo cierto es que no tienen por qué competir con el libro tradicional, pueden generar mucho dinero. De hecho. por ellos la industria editorial no va a desaparecer

La verdad es que es un planteamiento que al menos nosotros no habíamos conocido hasta ahora: donde muchos dicen que el eBook acabará con el libro de papel, Platt dice que no sólo no acabará, sino que será su salvador. ¿Qué opináis?

¡EL LIBRO EN SOPORTE PAPEL TIENE FUTURO!

Nuestra amiga Ester Madroñero, de la librería Kirikú y la Bruja, no puedo acompañarnos el viernes pasado en la mesa redonda Presente y futuro del libro que celebramos el viernes pasado en el Ateneo de Madrid. No obstante nos ha remitido la que iba a ser su intervención que aquí os adjuntamos.

¡EL LIBRO EN SOPORTE PAPEL TIENE FUTURO!

1. El futuro es digital y debe ser digital. La Red, junto con los dispositivos de lectura de todo tipo, son un sistema poderoso para acercar las ideas y la cultura a todos los habitantes del planeta. Más poderoso que el libro de papel.

2. El uso de la tecnología digital, no obstante, también permite y permitirá, cada vez más, la edición de libros de papel de forma mucho más económica, mitigando los riesgos de falta de coincidencia entre oferta y demanda de un determinado título.

3. El uso de la Red y de los dispositivos de lectura debe ser cuidadoso con el medio ambiente. Muchas veces se ataca al libro de papel por contribuir a la deforestación, cuando su impacto dañino es probablemente mínimo si se compara con el de las impresiones innecesarias de documentos, el consumo energético de aparatos innecesariamente encendidos, y la contaminación producida por la falta de un correcto reciclaje de los dispositivos.

4. El libro de papel forma parte de nuestra tradición cultural y fue, hasta la aparición de la radio, la televisión y la Red, nuestro único vehículo de transmisión de las ideas y el conocimiento. El libro de papel, los títulos que se han editado en este soporte, y los ejemplares que viven en las bibliotecas particulares y públicas de todo el mundo, constituyen el principal patrimonio cultural de la humanidad que existe.

5. La lectura de un libro de papel es una experiencia fisiológica y neurológica mucho más rica que la lectura en soportes electrónicos, causa un placer mayor, facilita una captación de los contenidos más plena.

6. Las artes gráficas en papel han permitido y siguen permitiendo crear obras bellísimas, no sólo por el contenido literario de sus textos, sino también por la concepción y edición del mismo libro. En el libro infantil es, quizá, donde este rasgo alcanza su máxima expresión; el libro infantil tiene una capacidad de atraer a un niño o a una niña hacia un texto y las ideas que contiene, muy superior a que éste se encuentre en su rincón correspondiente de la Red.

7. La comunicación en la Red ocurre, y esto crece exponencialmente, en un número reducido de lenguas. La edición de libros de papel puede y debe ser una garantía para no perder la riqueza lingüística de la humanidad.

8. El libro de papel debe desarrollarse y presentarse en la sociedad como un medio para obtener placer y para perfeccionarse como persona. Esto es especialmente importante frente a la infancia, los primeros lectores, y debe valorarse la influencia negativa de la lectura obligatoria de libros como parte de las tareas en la educación escolar.

9. Somos muchos los que le debemos mucho a los libros de papel: las aventuras en las que nos han hecho participar, los sentimientos y las pasiones que nos han inspirado y lo que nos han enseñado sobre nuestros congéneres, el mundo en que vivimos y nosotros mismos. Queremos generar un movimiento de entusiasmo y acción ciudadana en defensa del libro de papel.

10. Si quieres sumarte a nuestro movimiento, añade tus argumentos, tus ejemplos y vivencias o tus sentimientos en relación al libro de papel. Una hoja de papel la puede rasgar la persona más débil, pero cien hojas juntas ni el más fuerte sería capaz de romperlas.

Mesa redonda Presente y futuro del libro

El pasado viernes 20 de mayo y enmarcado en los actos de conmemoración del XXXV aniversario de Ediciones de la Torre, celebramos una mesa redonda con el título Presente y futuro del libro en el Ateneo de Madrid. La mesa estuvo coordinada por el bibliólogo José Martínez de Sousa y en ella participaron Kristi Baggenthun (traductora), Fernando Claudín (escritor), Mariano García (Artes Gráficas EFCA), María Jaúdenes (Subdirectora Gral. de Bibliotecas CAM), Francisco Martín (Latina Libros), Violeta Monreal (ilustradora), Alicia Muñoz (Directora revista Lazarillo), Pedro Pons (Librería Marcial Pons), Amelia Romero (Libros de la Frontera), Rafael Rueda (profesor), Anne-Marie Vallat (AMV Agencia Literaria) y José María Gutiérrez de la Torre, nuestro editor. Cada uno de los intervinientes aportó su visión acerca de la situación actual del libro y del escenario futuro que se dibuja entre el libro de papel y el libro electrónico y el debate subsiguiente, muy animado, dejó patente que todos debemos analizar a fondo el problema e ir tomando posiciones.
Una vez que estén editadas las aportaciones de los participantes las publicaremos de la forma más adecuada.

Los libros en el ‘gulag’

En un artículo recientemente aparecido en el diario El País, Los libros en el ‘gulag’, la escritora checa afincada en España Monika Zgustova relata las experiencias de algunas mujeres internadas en los campos de concentración durante la era de Stalin y cómo sobrellevaron ese infierno gracias a los libros y a la amistad. Los testimonios son sobrecogedores y tiernos. Una de esas mujeres comenta que las internas escribían poemas que recitaban por las noches: «… preferíamos dormir menos y humanizarnos, elevarnos con la poesía». Otra de ellas intercambiaba poemas de amor escritos con otro preso a través de los intersticios del muro que los separaban. Una interna leyó hasta cuatro veces el único libro que había en la mísera enfermería, Guerra y Paz, mientras convalecía de una paliza propinada por los guardianes. Otro testimonio proviene de una mujer que nació en el campo de concentración y cuenta la Caperucita Roja que las presas confeccionaron a mano cosiendo diferentes papeles escritos con pluma y que incluían dibujos pintados con colores. Un último testimonio nos habla de un libro de Pushkin: «… En el campo, este libro de procedencia desconocida, pasó por centenares, tal vez miles de manos. Los libros tienen sus vidas, sus historias y destinos, igual que los hombres.»

Es de suponer (¿?) que experimentos tan espantosos como esos gulags no se repetirán de nuevo (¿Guantánamo?) por lo que los libros nos ayudarán a vivir en entornos menos inhóspitos. De todos modos no podemos dejar de hacer un ejercicio de imaginación pensando qué hubiera sido de estas mujeres en la siempre llegante y excluyente era del libro electrónico. Probablemente estas historias tan maravillosas no habrían tenido lugar. No sabemos si sus vidas finalmente dependieron de esos libros de papel: en algunos casos seguro que así fue. Lo que sí es cierto es que habrían sido menos felices sin ellos.