864. Los lunes con poesía (7)

La lluvia lenta

Esta agua medrosa y triste,
como un niño que padece,
antes de tocar la tierra
desfallece.

Quieto el árbol, quieto el viento,
¡y en el silencio estupendo,
este fino llanto amargo
cayendo!

El cielo es como un inmenso
corazón que se abre, amargo.
No llueve: ¡es un sangrar lento
y largo!

Dentro del hogar, los hombres
no sienten esta amargura,
¡este envío de agua triste
de la altura!

Este largo y fatigante
descender de aguas vencidas,
¡hacia la Tierra yacente
y transida!

Llueve… y como un chacal trágico
la noche acecha en la sierra.
¿Qué va a surgir, en la sombra,
de la Tierra?

¿Dormiréis, mientras afuera
cae, sufriendo, esta agua inerte,
esta agua letal, hermana
de la Muerte?

𝗚𝗮𝗯𝗿𝗶𝗲𝗹𝗮 𝗠𝗶𝘀𝘁𝗿𝗮𝗹

Un poema para un día lluvioso como los que hemos presenciado las últimas semanas. Esta es la lluvia que ha calado más de un par de zapatos (con sus calcetines), que ha hecho chocar paraguas en las pequeñas callejuelas llenas de caminantes (que salen a pesar de la tromba) y que ha ocasionado que estas últimas semanas hayamos tenido que saltar de forma graciosa (o estrepitosa) el charco frente a los pasos de cebra. Esta es la lluvia lenta que puede traer tristeza, nostalgia, calma o una buena excusa para quedarse en casa leyendo un buen libro…, ¡esta lluvia lenta es la que no deja a nadie indiferente! ☔


Encuentra este poema en dos de nuestras ediciones:

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